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Mostrando entradas de marzo, 2018

Esta Marina la pinté con acrílicos desde la playa de Martiánez, en el Puerto de la Cruz, en Tenerife. Los riscos que se ven al fondo son de la cara norte de la isla. Cambié el color de la arena. En lugar de negra como es al natural, quise darle un poco de color dorado.

TRANQUILIDAD

Era un precioso atardecer. El mar, inundado de color, estaba dormido. En la orilla se retrataba el paisaje en una maravillosa sinfonía de colores malvas, amarillos, azules y verdes. Una suave brisa salada con aromas de mariscos y algas, nos inundó el alma.  El pincel parecía moverse solo por el lienzo. Los colores surgían como por encanto. Pura magia en medio de la tranquilidad.

La Playa del Puma

LA PLAYA DEL PUMA Está llenando la marea. El aire tiene sabor a salitre. Planto el caballete en un llano, cojo los pinceles, y contemplo cómo las olas rompen contra el peñasco de la orilla. Chorros de espuma se elevan en el aire. Las minúsculas partículas me refrescan la cara. El cuerpo de la ola se torna transparente, y la última luz de la tarde se cuela en la cresta que está a punto de reventar. El color retrata el paisaje marino. Pinto durante horas, absorto. Y de pronto, un gruñido sobrecogedor rompe el silencio. Un puma desciende cauteloso por el acantilado de la izquierda. Su color se confunde con el de las rocas. Se detiene en el espejo del agua apresada, donde se mira el cielo con todos sus colores. Prueba el agua salada y sacude la cabeza. Le dejo agua fresca en un plato, en el mismo lugar donde había estado pintando.